• EL ÁRBOL DE NAVIDAD: UNA COSTUMBRE QUE ARRAIGA EN NUESTRO PAÍS


Texto de Carmen Bosch publicado en la revista Clip en diciembre de 1.999
La belleza innegable de este ritual lo convierten en el símbolo universal de la decoración navideña de este siglo

UN POCO DE HISTORIA
El árbol de Navidad ha llegado hasta el siglo XX como una costumbre de las Navidades Nórdicas, y se ha extendido por todo el mundo como símbolo inequívoco de la Navidad.

La tradición del árbol de Navidad se remonta a tiempos muy antiguos en los cuales la humanidad rendía un culto sagrado a los árboles porque se creía que en sus troncos moraban los dioses o los espíritus.
Prácticamente en todas las culturas del mundo occidental durante el solsticio de invierno se celebraban rituales en los que el árbol tenia un papel protagonista. Estos rituales eran semejantes a los que se celebraban el mes de mayo o la noche de San Juan, durante el solsticio de verano.

En muchos lugares durante la noche más larga del año quemaban un gran árbol con el fin de que sus llamas “iluminaran la noche” y simbólicamente todo el tiempo de “invierno y oscuridad”. Para ello elegían un ejemplar grande y fuerte de la especie que más abundaba en la zona. Las gentes reunidas alrededor del árbol cantaban y danzaban mientras el árbol ardía.
Como todos los rituales, esta celebración evoluciona con el paso del tiempo. El árbol del solsticio de invierno se introduce en los hogares y se convierte en el árbol de Navidad.
Este ritual perdura acompañando la celebración del nacimiento de Jesucristo. En algunas culturas se acostumbra a quemar un gran tronco que arderá lentamente durante toda la nochebuena. Las cenizas de ese tronco se consideran sagradas y se usan para abonar los trigales. Los restos del tronco que no se han quemado se guardan para encender el árbol del próximo año.

Esta costumbre se ha mantenido en Cataluña con el nombre del “Tió” y como la “Troncada de Navidad” en Aragón. Actualmente, los niños catalanes en la nochebuena golpean el “Tió” con un bastón para que dé regalos, pidiéndole turrón, cava, barquillos, etc...

Los abetos son una de las especies más abundantes de los países nórdicos y centroeuropeos. Desde tiempos muy antiguos, en estos países, un gran abeto, adornado con cientos de velas, preside la celebración de la noche de Navidad. De esta manera, las velas encendidas proporcionan una inmensa fuente de luz y evitan que el árbol se queme en una sola noche.
Alrededor del año 1.500 encontramos en Estrasburgo uno de los primeros documentos que nos describen el abeto engalanado e iluminado durante la noche de Navidad. En el año 1.600, una vieja crónica alemana ya hablaba de árboles adornados con manzanas y barquillos. También encontramos una referencia histórica en Viena en 1816 cuando Henriette von Nassau-Weilburg, esposa del archiduque Carlos de Ausburgo, enciende las velas del árbol para su hija. En Inglaterra, la familia real popularizó el árbol de Navidad cuando el príncipe Alberto, marido de la reina Victoria, decoró el primer abeto con velas, frutos y panecillos en el castillo de Windsor en las Navidades de 1841.

La costumbre navideña de los árboles de Navidad se extendió con rapidez por todos los países europeos, trasladándola a su vez a los países que colonizaban.

Los emigrantes alemanes introdujeron el árbol de Navidad en los Estados Unidos de América a finales del siglo pasado y actualmente se trata de una de las costumbres más firmemente arraigada en Norteamérica. Desde hace tres décadas se celebra anualmente un concurso entre los cultivadores de abetos en el cual se escoge un árbol para regalarlo a la familia de la Casa Blanca.

La belleza innegable de este ritual lo convierten en el símbolo universal de la decoración navideña de este siglo. El abeto decorado con bolas, galletas, caramelos, saquitos o figuras e iluminado con luces o velas durante las noches de las fiestas navideñas es sin duda la tradición navideña más extendida actualmente en todo el mundo.

En la mayoría de los hogares, el árbol de Navidad se ilumina la noche del 24 de diciembre y esa misma noche aparece cargado de regalos. En muchos piases nórdicos y centroeuropeos  existen espalmatorias y velas fabricadas especialmente para el árbol de Navidad, parecidas a las que se usaban antiguamente cuando no existía la luz eléctrica. La luz de las velas favorece una atmósfera cargada de magia que encandila a los más pequeños.

EL ARBOL DE NAVIDA EN ESPAÑA
En España el árbol de Navidad se introduce a principios de este siglo. Al principio se le llama el árbol de Noel ya que nos llega a través de Francia. Lentamente los abetos se han hecho más frecuentes y actualmente es normal verlos acompañando al típico pesebre en cualquier hogar del país.

La popularización del abeto como símbolo de la Navidad en nuestro país ha originado grandes zonas de cultivo de abetos en Cataluña y en el País Vasco.

En el País Vasco el cultivo de abetos se localiza en el área de Zegama, al sur de Guipúzcoa, En Villarreal (Alava), Cenauri y Zaldibar (Vizcaya). A diferencia de Cataluña, que realiza todo el proceso de plantación desde la semilla, en el País Vasco los abetos se importan de Francia cuando ya tienen cuatro años. En nuestro país completan su crecimiento hasta que alcanzan la talla para su venta. Se producen alrededor de 500.000 ejemplares que nutren los mercados del norte de España.

Cataluña es la principal comunidad productora de árboles de Navidad. El año 1997 alcanzó una producción de 1.000.000 de ejemplares.

La mayor parte de viveros se encuentran en la zona de les Guilleries y del Montseny al oeste de Girona. También hay una importante producción de arboles de Navidad, en las comarcas de Osona, La Garrotxa o el Ripollés. Esta producción se comercializa en Cataluña y en el resto del país.

Aunque el cultivo de abetos se está implantando progresivamente en España, aún estamos lejos de alcanzar la producción de algunos piases del norte de Europa. Dinamarca es el principal productor de Europa de árboles de Navidad. Anualmente destina una producción de 10.000.000 de ejemplares a la exportación.

En los mercados españoles se encuentran fundamentalmente árboles producidos en España, en su mayoría procedente de Cataluña. Tan solo un 10 % de los abetos que pueden adquirirse en el país son de importación.

ESPECIES  CULTIVADAS COMO ABETOS  DE NAVIDAD:
ABIES MASJOANIS: El Abies Masjoanis es uno de los árboles de Navidad más cultivado por los silvicultores españoles. Suele presentar una tonalidad verde oscura, aunque su color es variable según el tipo de tierra donde se haya desarrollado. Se comercializan con una  altura entre 1 y 1,5 metros y tienen de 8 a 9 años de cultivo.

La creación del Abies Masjoanis se debe a Jesús Masferrer, silvicultor catalán  y se comercializa en España desde hace 30 años. Este abeto es una especie resultante de la hibridación del abeto blanco (propio de los Pirineos y de las áreas montañosa de Centroeuropea) con el Pinsapo (especie localizada en la Sierra de Ronda y Grazalema).

ABIES NORDMANIANNA: Esta especie procede de las montañas próximas al mar Negro (Georgia y Turquía). Su cultivo se ha extendido por toda Europa y se cultiva especialmente en Dinamarca.
Posee amplias y numerosa ramas espigadas de una tonalidad verde oscura que lo convierten en un árbol de aspecto frondoso. Precisa entre 8 y 9 años para alcanzar la altura adecuada entre 1 y 1,5 metros.

PICEA ABIES (Picea Excelsa): El Picea Abies, más conocido como abeto rojo o Picea Excelsa es una de las especies más extendidas por todo el mundo boreal euro-asiático. Se encuentra desde loa Alpes Occidentales hasta Siberia. Debido a su gran resistencia al frío intenso y a su rapidez de crecimiento es uno de los árboles de Navidad más cultivados en todo el mundo.
Las ramas y hojas de esta especie son reversibles, es decir tanto el costado superior como el inferior presentan la misma forma. Sus ramas tienden a ser arqueadas y su apariencia es más cónica que la de otras especies. La corteza es de un color gris o pardo-rojiza por lo que es conocido como abeto rojo, las hojas presentan una tonalidad verde más clara que las otras especies. Con sólo 4 años de cultivo alcanza una altura entre 1 y 1’5 metros.
Los árboles de esta especie pueden crecer más de 40 metros de altura i frecuentemente han sido utilizados como arboles de Navidad para decoración de espacios públicos en algunas ciudades. Finalizadas las fiestas se aprovecha su madera de excelente calidad.

La Asociación de Cultivadores de Arboles de Navidad de Cataluña es la única organización de productores de abetos existente en España. El señor Ramón Masferrer presidente y alma de la asociación ha divulgado y dignificado el conocimiento del cultivo de los árboles de Navidad en nuestro país.

Nuestros clientes deben saber que los arboles de Navidad proceden de viveros agrícolas de carácter rotativo. Cada uno de los abetos que llega a los mercados navideños implica la replantación de tres ejemplares, en su sustitución, en parcelas especialmente destinadas a este cultivo.

Los cultivadores han promovido la creación de las normativas existentes que regulan la producción y comercialización de este producto. La normativa, creada por la Generaliltat de Cataluña es escrupulosamente respetada por los cultivadores.

A través de una orden del 20 de julio de 1990 la Generalitat catalana regula la presentación y las modalidades de comercialización de los arboles de Navidad. Los árboles de Navidad pueden comercializarse en tres modalidades:  Con raíz desnuda. Con un terrón de tierra reducido. Con un terrón de tierra que le dé posibilidades de vivir.

La Generalitat facilita a los cultivadores unos identificadores en forma de cintas que acreditan al árbol como procedente de un cultivo controlado. El distintivo garantiza la calidad del árbol, su procedencia y certifica que ha sido cuidado por un experto. Estas cintas tienen diferentes colores en función de la altura del árbol.

Etiquetas adhesivas identifican su categoría. Los abetos de primera con el color verde, los de segunda con el color amarillo, incluyendo además los datos del productor y la zona de origen.

ALGUNOS DETALLES PARA COMPROBAR EL BUEN ESTADO DE CONSERVACIÓN DE UN ÁRBOLDE NAVIDAD
Tomar el extremo de una rama entre el pulgar y el índice, deslizar los dedos hacia el extremo de la rama ejerciendo una suave presión. Si el árbol está en buenas condiciones se desprenderán pocas agujas verdes.
Detectar que no exista en el suelo que rodea el árbol  gran cantidad de agujas verdes del abeto.
La caída moderada de las agujas interiores del árbol es normal y forma parte de su ciclo de vida.

ASPECTOS A TENER EN CUENTA PARA CONSEGUIR UNA CORRECTA CONSERVACIÓN DEL ARBOL DURANTE TODO EL PERIODO NAVIDEÑO.
EN EL EXTERIOR DE LAS VIVIENDAS: evitar el frío excesivo y el calor extremo. Una buena decisión es situar el abeto en el porche o en el garaje, protegido del sol y del viento.
EN EL INTERIOR DE LAS VIVIENDAS: Mantener el árbol alejado de fuentes de calor como radiadores, estufas, chimeneas y televisores.
Es totalmente necesario regar los arboles de Navidad diariamente.
Mantener las luces encendidas demasiadas horas puede estropear el árbol por efecto del calor. En cualquier caso, las luces deben apagarse antes de irse a dormir, tanto por motivos de conservación del árbol como de seguridad.
No cambiar de ubicación el árbol trasladándolo bruscamente del interior de la vivienda al exterior. El cambio brusco de temperatura perjudica a los árboles.

¿QUE HACER CON EL ARBOL DE NAVIDAD UNA VEZ TERMINADAS LAS FIESTAS?
Difícilmente el árbol de Navidad puede ser replantado con éxito después de las fiestas. Estos arboles una vez cumplida su función ornamental, se destinan con éxito a la producción de abono, previa trituración, para enriquecer cultivos. Su carácter renovable y biodegradable lo convierten en un producto totalmente ecológico, cuyo origen y residuo es absolutamente inocuo para el medio ambiente.

En Barcelona, el ayuntamiento coloca unos contenedores especiales para recoger los arboles y reciclarlos como abono. En el año 1998 se recogieron 28.350 abetos. Esperemos que esta iniciativa arraigue y se extienda a todas las ciudades españolas.